El león entra tímidamente en la sabana de la virtualización
Hace poco más de una semana que se Apple liberó la nueva versión de su sistema operativo, MacOS X Lion, y entre la batería de nuevas funcionalidades, actualizaciones y demás parafernalias que suelen acompañar a la salida de una nueva versión de cualquier programa, hay un aspecto interesante que me llamó poderosamente la atención y que me gustaría compartir con vosotros: Apple permite Virtualizar Lion!!!!
¿Y qué quiere decir esto exactamente?
Pues precisamente lo que estáis pensando, que podemos coger nuestro medio de instalación (USB, cuando esté disponible, o ISO) e instalar nuestro flamante MacOS X Lion en una máquina virtual y echarlo a andar.
Para aquellos que estéis pensando que eso ya lo podía hacer con Leopard o Panther comentaros que si bien es cierto, el acuerdo de licencia con Apple no recogía estos casos si no lo prohibía directamente. La diferencia sustancial es que ahora si se contempla esta circunstancia en el acuerdo de licencia de nuestro MacOS X.
Pero como en todo acuerdo de licencia, hay limitaciones a los supuestos en los que podemos virtualizar a nuestro nuevo felino. En particular Apple nos permite correr dos instancias virtuales simultáneas, siempre que se haga sobre un Lion del que poseamos licencia y que este se ejecute sobre el hardware de la gente de Cupertino. Esta limitación nos obliga automáticamente a descartar cualquier opción de virtualizar usando hypervisores de tipo 1 y obligándonos a usar hypervisores de tipo 2 como VMware Fusion o Parallels Desktop.
Y si de algo es de lo que se caracteriza especialmente la compañía de la manzana es por la atención al detalle, y el acuerdo de licencia no iba a ser una excepción a esta máxima de diseño. Si alguno ha pensado “Bueno, todavía puedo montar un MacOS X Lion (Server o Desktop), le monto dos maquinitas virtuales, habilito el escritorio compartido y ya tengo una solución VDI casera con mis leoncitos…” siento deciros Apple ya se ha adelantado y sólo permite el acceso remoto interactivo a sólo una de las tres (una en el anfitrión y dos para las máquinas virtuales) instancias del sistema operativo que se estén ejecutando, aunque si permite dicho acceso concurrente en modo visualización.
¿Conclusión?
Apple ha hecho su entrada en la virtualización de una forma tímida, pero al menos lo ha hecho. Las restricciones impuestas por la compañía en los acuerdos de licencia no dejan mucho margen de maniobra. Para profesionales de IT no resulta espectacularmente útil, salvo para montar pequeños laboratorios o probar parches y configuraciones nuevas. Para los desarrolladores parece que si puede ser un escenario más propicio, ya que podrán “destrozar” el sistema a su antojo sin afectar al anfitrión.
Lo cierto es que este movimiento de Apple me recuerda bastante a las primeras andaduras con VMware Workstation, donde virtualizar un sistema operativo suponía poco más que una curiosidad para un profesional de IT. Y de aquellos tiempos mirad donde hemos acabado. Ojalá Apple vaya poco a poco siguiendo un camino parecido, ¿Quién sabe si dentro de poco podremos encontrar MacOS X como opción dentro de los pools de máquinas virtuales en las infraestructuras de VDI?
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